05 Abr Conservas Monte Lucía
Actualizado el jueves, 25 octubre, 2018
LOS INGREDIENTES MÁS NATURALES
Esta semana nos acercamos hasta Puntagorda para conocer la labor de Bárbara San Fiel y Dayana Dalis al frente de ‘Conservas Monte Lucía’, entidad que lleva más de diez años apostando por la calidad de los productos locales.
UNA TRADICIÓN CON FUTURO
De suegra a nuera se trasfiere la ilusión y los secretos de las recetas más tradicionales, por lo que la elaboración de mojos de almendra, mermeladas y tomates deshidratados en el municipio garantiza su continuidad.
No contienen conservantes, colorantes, ni gluten y todos sus productos, hechos a mano, siguen la receta tradicional con ingredientes 100% naturales. Tras más de una década entre aderezos y elaboraciones artesanales, ‘Conservas Monte Lucía’ mantiene intactos los valores que impulsaron sus comienzos y que a día de hoy siguen aliñando su éxito. “Cuidamos al máximo la materia prima, dando valor a los productos locales del municipio gracias al contacto directo con los agricultores de la zona”, destaca Bárbara San Fiel, quién nos explica que la idea surgió a raíz de un curso de formación para mujeres desempleadas organizado por el Ayuntamiento de Puntagorda.
Aunque en un principio la empresa estuvo formada por varias alumnas, de aquel grupo inicial solo Bárbara sigue en la actualidad. Aún así, la continuidad no peligra ya que en los últimos años la joven Dayana Dalis ha recogido el testigo. “Mi suegra comenzó en este proyecto con las señoras Dulce y Mercedes, pero por la edad, quién se quedó al frente fue ella. Al principio no sabíamos que iba a pasar, pero Bárbara no quiso darse por vencida y aquí continuamos con esta tradición y con las mismas recetas que tanto gustan a la gente”, nos detalla mientras repletan a mano cada recipiente.
Al igual que los tomates deshidratados que envasan en aceite de oliva, el fruto de su labor también se macera con el tiempo. Precisamente su constancia e ilusión, junto a la exquisitez de los productos, son las principales señas de identidad de una marca artesanal que cuenta con seguidores tanto dentro como fuera de las islas.
“La verdad que nos sorprende cuando llegamos y vemos tantos correos electrónicos. Nos hacen pedidos desde Barcelona, Sevilla, Pamplona, así como de otros puntos de la península, también desde países como Alemania. Es una alegría estar en todos estos rincones, saber que la gente se queda encantada y con ganas de repetir”, apuntan.
‘Conservas Monte Lucía’ comercializa actualmente tres líneas de productos: “Tenemos el mojo de almendra verde y rojo tanto picante como suave, que destaca por su singularidad, al igual que nuestras mermeladas elaboradas con verduras y frutas de temporada de aquí de la Comarca Norte, como la calabaza, el pimiento, el kiwi o la manzana, e incluso de chayota que también hemos hecho para aprovechar el cultivo de la zona. Otro de los productos que sale muchísimo son los tomates deshidratados, un aperitivo perfecto que al igual que el mojo lo puedes acompañar en muchas recetas”.
Con esta variada gama de conservas naturales y saludables, a la venta también en pequeño tamaño para llevar en la cabina del avión, Bárbara y Dayana han sabido conquistar el paladar tanto del visitante como del consumidor isleño, contando con puntos de venta en diferentes islas del archipiélago. En La Palma, precisamente en Puntagorda, cuentan con el que para ellas es su mejor escaparate.
“Viene muchísima gente, es un lugar estupendo para los artesanos que damos a conocer nuestra labor. Los mismos clientes son los que nos recomiendan, lo mejor es el boca a boca. Los turistas se llevan los productos a sus países, los prueban y les gusta tanto que encuentran la forma de dar con nosotras”, aclara Bárbara.
Para Dayana, “son precisamente estos detalles y el cariño que recibimos de la gente lo que más nos motiva. Aunque contamos con cierta flexibilidad, dependiendo de los envíos, hay semanas en las que duplicamos la producción y todo pasa por las mismas manos. Nosotras nos encargamos de recibir la materia prima, de limpiarla, pelamos los ajos, remojamos la pimienta hasta que esté todo listo para elaborar cada receta, también envasamos, etiquetamos y distribuimos”.
A pesar de la gran cantidad de encargos, pueden presumir de equipo, lo que facilita mucho la rutina. “Trabajamos muy bien juntas, yo estoy contentísima con ella, ha aprendido muy rápido, para mí son mis pies y manos, nos ayudamos mucho y aquí seguimos trabajando y felices”, sonríe Bárbara, quién se muestra muy agradecida por el entusiasmo e implicación de su nuera. Para Dayana el sentimiento es mutuo y añade: “muchas veces los jóvenes no valoramos lo que tenemos cerca, sectores como la agricultura o la gastronomía pueden ofrecernos muchas salidas, sólo hay que ponerle ilusión y empeño”.
Así es como en ‘Conservas Monte Lucía’, las delicias de la tradición saben a futuro por delante.